Tal vez la llamada peste negra o peste bubónica fue la más letal y terrible de las pandemias que azotaron a la humanidad.

Se dió en el siglo XIV, entre los años 1346 y 1353 aproximadamente. Afectó sobre todo al continente europeo y se cree que costó por lo menos 200 millones de vidas, que se dice muy pronto. Estaríamos hablando del 20 por ciento de los habitantes del planeta en aquella época. Familias e incluso pueblos enteros simplemente desaparecieron a causa de esta enfermedad.

Se cree que su origen se produjo en el desierto asiático y que se movió usando la ruta de la seda. La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de la bacteria Yersinia pestis.

 

El contexto y la propagación

En el siglo XIV tuvo lugar lo que se le llamó «la pequeña edad de hielo»que fue un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX. Puso fin a una era extraordinariamente calurosa llamada óptimo climático medieval (siglo X al XIV). Esto provocó un gran descenso en las cosechas y debilitó enormemente, como consecuencia, a la población.

La gente no tenía ni idea ni de la causa ni de cómo se transmitía la enfermedad. En una sociedad dominada por la iglesia, los clérigos decían que todo aquello era un castigo debido a los pecados de los hombres. Había quién creía que se transmitía por la mirada…

Los gatos estuvieron a punto de extinguirse porque pensaban que eran ellos los principales contagiadores, y esto agravó aún más el contagio, claro, al ser éstos los principales depredadores de ratas y demás roedores.

Y también hubo quién aprovechó incluso para echarle la culpa a los judíos, que estarían envenenando pozos para eliminar a los cristianos.

La pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa a través de las rutas comerciales. 

Hay una historia que cuenta que cuando Caffa, en la península de Crimea estaba asediada por el ejército mongol, éstos les lanzaron con catapultas trozos de cuerpos de víctimas de la peste (innovaron pues en la guerra bacteriológica). Los comerciantes genoveses que estaban allí huyeron en sus barcos, llenos de ratas (y estas con sus respectivas pulgas) y llevaron así la peste primero a Constantinopla, y luego a Alejandría para llegar así a Sicilia.

Pero cuando llegaron a Génova ya se sabía que llevaban la enfermedad y no los dejaron atracar, así que pusieron rumbo a los puertos del sur de Francia, como Marsella y a los de la Corona de Aragón. En este punto ya nada pudo frenar la extensión de la peste por el resto de Europa.

La pandemia comenzó a disminuir su intensidad y mortalidad al iniciarse medidas como la mejoría en la alimentación y condiciones higiénicas en las poblaciones afectadas, las cuales vieron cómo disminuyó rápidamente la enfermedad con simples medidas sanitarias. Estas medidas fueron rápidamente copiadas por las diferentes poblaciones.

Desapareció por completo de Europa en el siglo XIX; sin embargo, aún se presentan casos aislados y pequeños brotes en algunos lugares del mundo.

¿Qué es en realidad la peste negra o peste bubónica?

La peste negra es una enfermedad zoonótica, es decir, que se transmite de animales a personas. Las ratas la propagaron, así como también sus pulgas cuando picaban a las personas.

La causa de la peste negra o peste bubónica es una bacteria llamada Yersinia pestis, que usualmente se encuentra en las pulgas y los piojos de algunos roedores, es por eso que se adjudicaron las ratas y sus pulgas como los agentes transmisores de la bacteria.

Por otro lado, más que la presencia de las mismas ratas, las pobres condiciones higiénicas fueron un factor decisivo para la pandemia.

Supuso también un cambio social

Ante la certeza de la llegada de la muerte, muchos decidieron dejar de trabajar y disfrutar como pudiesen. Quisieron aprovechar bien sus últimos días. Se emborracharon como nunca y tuvieron lugar innumerables orgías que satisfacían los deseos y apetitos carnales de los ya resignados a lo inevitable.

En medio de aquel caos se llegaba a la conclusión de que rezar no servía de nada, de que la iglesia no ayudaba. La peste negra tampoco distinguía de clases sociales, ellos también se enfermaban. Entonces ¿para qué servían los que gobernaban?. Los señores feudales, los nobles que nos protegían tampoco podían hacer nada. Todo esto propició una mirada hacia la ciencia y un mayor reconocimiento a los científicios, médicos, o más bien curanderos o sanadores de la época, que alguna solución aportaban al problema.

Al haber tanta mortalidad había menos mano de obra disponible, que encareció. Se pagarían mayores salarios por el trabajo realizado a haber menos oferta de mano de obra.

La población del campo emigró a las ciudades para cubrir esta necesidad de trabajadores. Los que se quedaron en el campo dispusieron, como consecuencia de la mortalidad y de emigración, de mayores campos que cultivar, lo cual mejoró enormemente sus vidas.

La nobleza, la clase dominante, pretendió pagar menos salarios y volver a la beneficiosa, para ellos, situación anterior. No lo consiguieron, sólo causaron revueltas al intentarlo. Ya nada volvería a ser como antes.

Y la humanidad sobrevivió y evolucionó porque, seguramente, esa época oscura hubiese durado más tiempo a no ser del terrible azote de la peste negra.

El icónico atuendo de los médicos de la época

Si algo es característico de la época de la peste negra es el atuendo que llevaban los médicos de la época con es túnica negra y su máscara con pico como de pájaro.

Médico en la época de la Peste Negra

Los médicos de la peste negra llevaban anteojos y una máscara con una nariz de 15 centímetros, en forma de pico de ave, llena de perfume y con solo dos agujeros, uno a cada lado de las fosas nasales, pero que era suficiente para respirar y transportar en el aire que se respira la impresión de las [hierbas] colocadas en la punta del pico.

En las épocas anteriores a la teoría microbiana de la enfermedad, los facultativos creían que la peste se propagaba por el aire envenenado, que podía generar desequilibrio en los humores (o fluidos corporales) de una persona. Se creía que los perfumes dulces y acres podían fumigar las zonas afectadas por la peste negra y proteger al olfateador; ramilletes, incienso y otros perfumes eran habituales en la zona. Por eso llenaban las máscaras con triaca, una confección farmacéutica de más de 55 hierbas y otros componentes como carne de víbora en polvo, canela, mirra y miel. Creían que la forma picuda de la máscara daría al aire el tiempo suficiente para impregnarse de las hierbas protectoras antes de llegar a las fosas nasales y los pulmones de los médicos de la peste negra.

Las otras pandemias

Y es que no sólo el coronavirus ha sido la única enfermedad que ha padecido la humanidad, y tampoco la peste negra. Otras pandemias (enfermedades epidémicas que afectan a varios países) han tenido lugar a lo largo de la historia. Estaríamos hablando, por enumerar las peores, de por ejemplo la gripe española (1918-1920), la plaga antonina (165-180 d.C.), la plaga de Justiniano (541-549 d.C) o el SIDA (a partir de 1981 pero todavía muy vigente hoy en día, causando hoy por hoy innumerables muertos).

Seguramente la humanidad sobreviva a la actual plaga provocada por el coronavirus, aunque esto no quiere decir que debamos menospreciarlo, obviarlo y ni mucho menos acostumbrarnos y resignarnos a vivir con él.

Y, con total certeza, y aunque ahora no sea perceptible, al igual que las otras pandemias, algún gran cambio social provocará en la humanidad aún cuando desaparezca.

Después de una pandemia nunca las cosas volvieron a ser como antes.

Fuentes

https://dle.rae.es/pandemia

¿Por qué usaban los médicos de la peste negra sus máscaras picudas características? | National Geographic

https://es.wikipedia.org/wiki/Plaga_de_Justiniano

https://es.wikipedia.org/wiki/Peque%C3%B1a_Edad_de_Hielo

https://es.wikipedia.org/wiki/Peste_negra

Máscaras siniestras contra la peste bubónica (nationalgeographic.com.es)

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