El Libro de los muertos es el nombre moderno de un texto funerario del Antiguo Egipto que se utilizó desde el comienzo del Imperio nuevo (hacia el 1540 a. C.) hasta el 60 a. C.
El texto consistía en una serie de sortilegios mágicos destinados a ayudar a los difuntos a superar el juicio de Osiris, asistirlos en su viaje a través de la Duat, el inframundo, y viajar al Aaru, en la otra vida.
Era parte de una tradición de textos funerarios iniciada por los más antiguos Textos de las Pirámides y Textos de los sarcófagos, que se inscribían sobre muros de tumbas o en los ataúdes, y no sobre papiros. Algunos de los capítulos que lo componían se siguieron inscribiendo en paredes de tumbas y sarcófagos, tal y como habían sido los sortilegios desde su origen. El Libro de los muertos se introducía en el sarcófago o en la cámara sepulcral del fallecido.
No existía un único y canónico Libro de los muertos. Algunas personas encargaban sus propias copias del libro con selecciones propias. Fue comúnmente escrito con jeroglíficos o escritura hierática sobre rollos de papiro, y a menudo ilustrado con viñetas que representan al difunto y su viaje al más allá.
Las dimensiones de un Libro de los muertos variaban ampliamente, pues los más cortos rondan un metro mientras que los más largos se acercan a los 40 metros. Estaban creados con hojas de papiro unidas cuya anchura variaba de los 15 a los 45 cm.
El Campo de Juncos
El Libro de los muertos describe a los muertos vivientes en el «Campo de Juncos», una versión paradisíaca, abundante y exuberante del Egipto real, en la que había campos, cosechas, ríos, animales y gente. Al fallecido se lo veía encontrándose con la Gran Enéada, un grupo de dioses, así como con sus propios parientes. En el Campo de Juncos era necesario trabajar, razón por la cual en los enterramientos se incluían numerosas pequeñas estatuas llamadas ushebti que iban inscritas con sortilegios y cuya función era hacer cualquier trabajo manual que el fallecido necesitara en la otra vida. Los difuntos no solo iban al lugar en que moraban los dioses, sino que también adquirían características divinas, razón por la que en el Libro de los muertos se les menciona en numerosas ocasiones como «El Osiris-[nombre]».
Los textos de las pirámides
El Libro de los muertos se desarrolló como parte de una tradición de manuscritos funerarios que datan del Imperio Antiguo. Los primeros textos funerarios fueron los Textos de las Pirámides, cuyo propósito era ayudar al faraón fallecido a ocupar su lugar entre los dioses.
Los textos de los sarcófagos
En el Imperio medio surgió un nuevo tipo de texto funerario, los Textos de los sarcófagos, que usaban una nueva versión del lenguaje, nuevos sortilegios y, por primera vez, ilustraciones. Los Textos de los sarcófagos se inscribieron en las caras internas de los ataúdes, y también en las paredes de las tumbas o en papiros. Estos textos estaban a disposición de los más pudientes particulares, con lo que así aumentó enormemente el número de personas que podían esperar tener otra vida en el más allá.
Sortilegios
El Libro de los muertos se compone de una serie de textos individuales acompañados de ilustraciones.
Se conocen hoy en día 192 sortilegios pero ningún manuscrito individual los contiene todos. Algunos están destinados para dar al difunto conocimientos místicos en el más allá, o identificarlos a ellos con los dioses. Otros son encantos para garantizar que las diferentes partes de un fallecido son preservadas y reunidas, o también para otorgar al muerto el control sobre el mundo que le rodea. Algunos protegen al difunto de fuerzas hostiles, o lo guían a través de los obstáculos del inframundo. Los más famosos son los capítulos referidos al juicio de Osiris en el ritual del Pesado del Corazón.
Los sortilegios del Libro de los muertos hacen uso de varias técnicas mágicas que también valdrían para otras áreas de la vida egipcia. Algunos son para amuletos mágicos que podían proteger a los muertos de cualquier daño. Estos sortilegios también han aparecido en amuletos envueltos junto con la momia. Diferentes artículos que estaban en contacto directo con el cadáver en la tumba, como el soporte de la cabeza, también tenían valor de amuleto.

Partes del Libro de los Muertos
Desde el Período Saíta (la dinastía XXVI) en adelante se dotó al libro de organización.
Los Libros de los muertos de la época Saíta tienden a organizar los capítulos en cuatro secciones:
- Capítulos 1-16 El difunto entra en la tumba, desciende a los infiernos y el cuerpo recupera el movimiento y el habla.
- Capítulos 17-63 Explicación del origen mítico de los dioses y los lugares, los fallecidos son obligados a vivir de nuevo a fin de que puedan surgir, nacer, con el sol de la mañana.
- Capítulos 64-129 Los fallecidos viajan a través del cielo en el arca solar como uno de los muertos benditos. Por la noche descienden al inframundo para presentarse ante Osiris.
- Capítulos 130-189 Tras haber sido reivindicado, el fallecido asume poder en el universo como uno de los dioses.
El Pesado del Corazón
Si todos los obstáculos de la Duat eran salvados, el fallecido era juzgado en el ritual del Pesado del Corazón. El fallecido era guiado por el dios Anubis ante la presencia de Osiris, donde debía jurar que no había cometido ningún pecado de una lista de 42, mediante la recitación de un texto conocido como la «Confesión Negativa». Entonces el corazón del difunto era pesado en una balanza contra la diosa Maat, que encarnaba la verdad y la justicia. En este punto existía el riesgo de que el corazón del difunto diera testimonio y revelara los pecados cometidos en vida. Si la balanza permanecía en equilibrio significaba que el fallecido había llevado una vida ejemplar, tras lo que Anubis lo llevaría hasta Osiris y podría encontrar su sitio en el más allá, convirtiéndose en maa-kheru, que significa «reivindicado», o «justo de voz». Si el corazón no estaba en equilibrio con Maat, lo esperaba la temible bestia Ammyt, la Devoradora, lista para engullirlo y mandar la vida de la persona en el más allá a un cercano y poco placentero final.
La existencia del Libro de los muertos era ya conocida en la Edad Media. Desde que fue descubierto en tumbas quedó claro que su temática era religiosa, lo que condujo a una errónea idea generalizada de que se trataba de un equivalente de la Biblia o el Corán.
El trabajo de investigación en el Libro de los muertos siempre ha planteado problemas técnicos debido a la necesidad de copiar largos textos jeroglíficos, que inicialmente eran reproducidos a mano con la ayuda de papel de calco o una cámara lúcida. A mediados del siglo XIX las fuentes jeroglíficas se trasladaron a reproducciones litográficas para hacer más factible la reproducción de manuscritos. En la actualidad los jeroglíficos pueden ser renderizados en un software de edición, lo que unido a la tecnología de impresión digital ha reducido considerablemente el precio de publicación de un Libro de los muertos. Sin embargo, gran parte del material original almacenado en los museos permanece inédito…
Fuentes
Libro de los muertos – Wikipedia, la enciclopedia libre
El misterioso papel del corazón en el viaje al Más Allá en el Antiguo Egipto (abc.es)
Anubis – Wikipedia, la enciclopedia libre
File:Anubis-1973.658-IMG 4750-white.jpg – Wikimedia Commons
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