Para explicar lo que es el efecto Pigmalión voy a empezar primero por el mito que da lugar a su nombre.

El mito de Pigmalión y Galatea

En su obra ‘Metamorfosis’, Ovidio recrea el mito de Pigmalion y Galatea:

Pigmalión fue un famoso rey de Chipre, sabio, bondadoso y trabajador. Era un magnifico escultor que gastaba gran parte de su tiempo trabajando en sus esculturas. Estaba tan dedicado a su profesión que no tenía tiempo para hallar el amor. Así no había logrado encontrar esposa.

Un día se propuso hacer la más hermosa escultura, la mejor de sus obras, una mujer ideal, esculpida en marfil blanco. Una mujer con una belleza inimaginable e inigualable. Se dedicó con esmero a realizar esta obra y de este modo paso días y noches encerrado en su taller dando forma a esta mujer. Esculpió cada uno de los rasgos y las formas con mucho detalle y cuidado. Cuando termino su obra, el resultado era una doncella muy hermosa a la que vistió con las mejores ropas y adornó con bellas joyas. Todas las noches Pigmalión visitaba su obra, imaginaba como sería aquella mujer si viviese, si fuera de carne y hueso en lugar de marfil. Y así fue como Pigmalión se enamoró y se obsesiono con aquella mujer, le puso de nombre Galatea.

La trataba con mucho amor y cariño, como si fuese un ser vivo, hablaba con ella todas las noches, la besaba y abrazaba, con mucha atención y mimos cuidaba de su bella Galatea.

Una noche mientras se celebraba una fiesta en honor de Afrodita, Pigmalión que como siempre se encontraba pensando en Galatea, se arrodillo frente a la estatua de la diosa y le suplico de rodillas que diera vida a su obra. La diosa se apiado de él y dio vida a Galatea transformándola en una mujer de carne y hueso.

Cuando Pigmalión regreso a su taller, triste pensando que su obra siempre sería una escultura de marfil, se acercó a hablar con ella y suavemente beso sus labios. Al hacerlo no notó el frío marfil, sino los cálidos labios de una mujer. Galatea en ese preciso momento cobró vida y se enamoró perdidamente de su creador, que con tanto cariño la había tratado y tantos mimos le había dado.

Pigmalión se casó con Galatea, que se convirtió en reina de Chipre y tuvieron varios hijos, reinaron felices y agradecieron siempre su amor a Afrodita.

¿Qué es el efecto Pigmalión?

El efecto Pigmalión es un término que ya se manejó en el año 1965 por el psicólogo social Robert Rosenthal a raíz de unos experimentos realizados.

Se utiliza en psicología para referirse al fenómeno por el cual las expectativas y las creencias que posee una persona influyen directamente en las conductas, en el rendimiento y en los resultados de otra, bien sea de manera positiva, produciendo un alto rendimiento, o por el contrario afectando de manera negativa sobre el mismo, saliendo así perjudicado.

Cuando estas expectativas (ya sean altas o bajas), proceden del propio individuo hacia sí mismo, se produciría el mismo fenómeno, pero en vez de efecto Pigmalión, lo denominaríamos “Efecto Galatea”.

Utilidades

El efecto Pigmalión, puede resultar increíblemente útil. De hecho, si hay algo que sabe bien todo buen líder, es que al transmitir expectativas positivas sobre un grupo determinado impacta en el buen rendimiento de ese grupo de personas. Estamos por tanto ante un constructo psicológico de gran interés.

El proceso clave que subyace tanto al efecto Pigmalión como al efecto Galatea es el poder de las expectativas y cómo estas influyen en las conductas y rendimientos, tanto de los demás como de nosotros mismos. Por lo que si tenemos en cuenta estos efectos, nuestras creencias son más importante de lo que pensamos.

A través del estudio del efecto de las expectativas de terceros en nuestro rendimiento y resultados, se llegó al concepto de profecía autocumplida, que tiene como principio activo una expectativa, sea positiva o negativa. Este concepto fue acuñado por el sociólogo Robert K. Merton en 1948 y lo expone así: “si los individuos definen una situación como real, esta situación tiene efectos reales”. Las profecías tienden a cumplirse cuando tenemos la firme creencia de que son ciertas, porque el cerebro humano intenta que nuestra conducta sea coherente con las creencias que albergamos. Las personas actuamos según cómo interpretamos y percibimos las situaciones en las que nos encontramos, y aunque la realidad sea diferente o nuestra percepción falsa, nuestra conducta se adecuará a nuestras creencias sobre dichas situaciones, provocando consecuencias en nuestra realidad personal y adaptando  nuestras expectativas hacia un fin que tiende a cumplirse. Es decir, el que expresa una profecía (un deseo de conseguir algo), inconscientemente despierta un nuevo comportamiento que hace que aumenten las posibilidades de que ocurra. Bajo el prisma de las llamadas profecías autocumplidas (el estudio del impacto de las expectativas en el comportamiento humano), se incluyen el efecto Pigmalión y el efecto Golem (las expectativas de otros), el efecto Galatea (nuestras propias expectativas), así como otros fenómenos como el efecto Placebo (en el ámbito médico).

En el ámbito familiar se puede cumplir el efecto Pigmalión tratando a los hijos con amor, valorando todos sus esfuerzos y expresándoles en público y en privado lo inteligentes que son y las capacidades más positivas que tienen. Pero también puede surgir el efecto Golem si se trata al hijo con frases como: “eres muy malo”, “no sabes hacer nada”, “eres un inútil”. La repetición de estas frases produce un efecto goteo de expectativas negativas que puede arruinar su correcto desarrollo personal. El niño puede asumir la expectativa negativa que sus padres tienen de él, y es probable que termine comportándose como cree que los demás esperan que lo haga.

De los diversos experimentos que se han realizado desde la psicología, el más relevante por ser pionero es el que realizaron en 1968 el psicólogo Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (directora de una escuela de San Francisco) bajo el título Pigmalión en el aula. Este estudio sobre el efecto Pigmalión se realizó desde la perspectiva de la teoría de la profecía autocumplida, teoría considerada como uno de los factores que influyen en la motivación de las personas. El estudio comenzó cuando Rosenthal y Jacobson informaron a un grupo de profesores de primaria de que se les había hecho a sus alumnos un test de evaluación intelectual, y luego les dieron los nombres de los alumnos con los mejores resultados, advirtiéndoles que éstos estudiantes especiales tendrían el mejor rendimiento académico del curso. Efectivamente, al cabo de ocho meses dichos alumnos obtuvieron un rendimiento escolar por encima del resto, siendo los mejores. Realmente nunca se realizó ningún test de inteligencia, sino que se eligieron totalmente al azar los nombres del 20% de los alumnos, con unas capacidades más o menos normales. No se dijo nada sobre el resto de los alumnos, que constituyeron el grupo de control. ¿Cómo se explica el resultado? Lo que observaron Rosenthal y Jacobson es que los profesores se formaron una expectativa tan alta sobre esos alumnos que su relación con ellos fue distinta, dándoles mayores estímulos más a menudo, preguntándoles más en clase y proporcionándoles más información, dándoles más tiempo para responder, estimulándoles con desafíos intelectuales e interesándose por sus esfuerzos. Esto aumenta la frecuencia de respuestas acertadas por esos alumnos, incrementando la confianza en sí mismos y provocando finalmente mejores resultados escolares. El trato diferenciado y personal que recibieron generó una respuesta destacada.

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Fuentes

▷ Mito de Pigmalion y Galatea (educayaprende.com)

Pigmalion y Galatea: el poder de las expectativas – Kaizen Proyectos

Efecto Pigmalion: El Enorme Poder de las Expectativas 🔁- IEPP

Qué es el Efecto Pigmalión :: Artículos de Psicología