Esta interesante historia es muy similar a la de El Camino Real de California donde se colocaron campanas para marcar el camino y las rutas de los franciscanos que iban cristianizando los lugares.
Pues bien, en Galicia se colocaron cruces de piedra para casi el mismo propósito. Se calcula que en Galicia hay entre 10.000 y 15.000 cruceiros. Una parte importante está en la provincia de Lugo, mayormente en la comarca de Terra Chá.
Estos monumentos constituyen una de las muestras más significativas del arte popular y guardan curiosas leyendas, según señala Fernando Arribas, técnico de Difusión del Museo Provincial.
Las leyendas persisten alrededor de algunos cruceiros, viejas costumbres que en tiempos antiguos estuvieron generalizadas en muchos ejemplares.
En los cruceiros situados cerca de los puentes, por ejemplo, se hacían bautismos prenatales; alrededor de otros se hacían ritos de curación de meigallo (hechizos), de tangaraño (raquitismo) y de otras dolencias.
También han estado presentes en los entierros de los pequeños muertos sin bautizar, de las reparticiones de las herencias familiares, del rezo de responsos de camino al cementerio o de ofrendas de los primeros frutos del campo.
El origen y función del cruceiro es una incógnita.
El eterno debate del cruceiro está en debate pues se dice que nacieron con el románico o que son uno de los resultados de la influencia de las órdenes mendicantes; según la leyenda en si la intención del cruceiro es espantar la presencia terrorífica de la Santa Compaña en la encrucijada o de que es un acto devoto o una santificación de costumbres paganas.
¿Qué es un cruceiro?

Es una cruz de piedra, de dimensiones variables, que se coloca en el cruce de caminos y en los atrios. Suele alzarse sobre una plataforma con peldaños y tiene esculpido el crucifijo y, frecuentemente además, la Piedad o Quinta Angustia.
Abundan en Galicia, Irlanda y Bretaña.
El contexto histórico en el que se desarrollaron los cruceiros gallegos es, claramente, el ambiente religioso. También pudo impulsar la aparición de los cruceiros, el que la Inquisición se estableció en Galicia en 1562.
Desde ese año el Santo Tribunal desarrolló poca actividad y de hecho la interrumpió en 1569 para asentarse de forma definitiva en 1574.
A partir de entonces la expansión por Galicia del tribunal fue rápida, desarrollando 2.023 procesos hasta el año 1700, periodo que se corresponde con el de la fase de formación y primera expansión de los cruceiros.
Cruceiros Gallegos
Los cruceiros fueron creados, desarrollados e incluso auspiciados por los obispos post-tridentinos a través de las constituciones sinodales.
En el municipio de O Rosal se encuentran de los de cruceiros más antiguos de los años 1572 y 1573.
No se puede considerar el cruceiro de Melide como un cruceiro. La desarmonía entre la cruz gótica y el resto del conjunto monumental es manifiesta. Se desconoce el uso primigenio de esta cruz pero está claro que fue reacondicionada como cruceiro.
Igualmente el de la Santísima Trinidad de Baiona, no es un cruceiro en sí, se trata de una cruz monumental y colosal, realizada en piedra y única en Galicia por su forma y probable función.
Galicia, es probable, aunque no existe documento alguno que lo pruebe, que las órdenes mendicantes contribuyes en a la expansión de los cruceiros gallegos ya que muchos de ellos forman parte de los Vía Crucis.
Los cruceiros son levantados por devotos, normalmente un matrimonio o alguien con poder o dinero. Los nombres de éstos suelen estar grabados en las bases.
En un principio los cruceiros tenían un claro sentido religioso, y tenía las mismas funciones que cumplía la cruz durante los primeros siglos del cristianismo.

Más tarde fueron sacralizando las encrucijadas y los caminos amparando y guiando a los viajeros, santificando los castros y otros lugares de antiguos ritos paganos.
Señalaban la dirección a las iglesias y capillas a la vez que servía de prolongación del ámbito religioso en atrios y cementerios, protegían las cosechas de las agras y el ganado de los campos de la feria, valen de guía en los itinerarios de las peregrinaciones y de las romerías o también en las rutas de comerciantes y arrieros.
También marcan los límites de municipios y otras jurisdicciones, presidiendo y adornando las plazas de las villas y señalando la entrada de pazos y casas señoriales.
Muchas veces los cruceiros se levantaron para dar gracias divinas, agradeciendo ayudas recibidas o satisfaciendo penitencias, solicitando oraciones por el beneficio personal o de las ánimas, recogiendo la devoción de los vecinos, acordándose de leyendas o hechos históricos o rememorando visitas de personajes civiles o religiosos.
También se levantaron en los lugares donde hubo mala muerte, un hecho luctuoso o una supuesta aparición de la Santa Compaña.
Hoy en día siguen sirviendo de reposo a los cansados viajeros, acogen reuniones vecinales para la discusión de asuntos comunales, presidiendo los festejos populares en las plazas.
Siendo confidentes de enamorados o testigo de los paliques de las viejas, mientras reciben oraciones de los vecinos y siguen formando parte de las leyendas, ritos y tradiciones populares propias del hermoso lugar.
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